\u00a1Muchas gracias, Jes\u00fas!<\/strong><\/p>\n\n\n\nSanto Evangelio seg\u00fan san Lucas 17, 11-19. Mi\u00e9rcoles XXXII del Tiempo Ordinario<\/p>\n\n\n\n
Por: Rub\u00e9n Tornero, LC | Fuente: Catholic.net<\/p>\n\n\n\n
<\/p>\n\n\n\n
En el nombre del Padre y del Hijo y del Esp\u00edritu Santo.
Am\u00e9n.
Cristo, Rey nuestro.
\u00a1Venga tu Reino!
Oraci\u00f3n preparatoria<\/strong> (para ponerme en presencia de Dios)<\/em>
Jes\u00fas, te agradezco de todo coraz\u00f3n el amor que me tienes y por este momento que me regalas para estar junto a ti. Aumenta mi fe. No permitas que mi fe sea una cosa de museo. Dame la gracia de dar testimonio de mi fe en tu amor y en tu resurrecci\u00f3n. Aumenta mi confianza. No permitas que ponga mi confianza en algo o alguien antes que en ti. Aumenta mi fe. Que la experiencia de tu amor sea tan fuerte, que me convierta en un reflejo de tu amor para los dem\u00e1s. Ay\u00fadame a escuchar tu voz en esta oraci\u00f3n.
Evangelio del d\u00eda<\/strong> (para orientar tu meditaci\u00f3n)<\/em>
Del santo Evangelio seg\u00fan san Lucas 17, 11-19
En aquel tiempo, cuando Jes\u00fas iba de camino a Jerusal\u00e9n, pas\u00f3 entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le dec\u00edan: \u201cJes\u00fas, maestro, ten compasi\u00f3n de nosotros\u201d. Al verlos, Jes\u00fas les dijo: \u201cVayan a presentarse a los sacerdotes\u201d. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regres\u00f3, alabando a Dios en voz alta, se postr\u00f3 a los pies de Jes\u00fas y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jes\u00fas: \u201c\u00bfNo eran diez los que quedaron limpios? \u00bfD\u00f3nde est\u00e1n los otros nueve? \u00bfNo ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?\u201d Despu\u00e9s le dijo al samaritano: \u201cLev\u00e1ntate y vete. Tu fe te ha salvado\u201d.
Palabra del Se\u00f1or<\/em>
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio<\/strong>
Hoy se me muestra el ejemplo de ese leproso curado que regres\u00f3 para darte gracias. Ahora caigo en la cuenta de los muchos beneficios que he recibido de ti y las pocas veces que me he detenido a darte las gracias.
Quiero postrarme ante ti. Hoy s\u00f3lo deseo agradecerte todo lo que me has dado, todo lo que tengo, todo lo que soy\u2026 Pero, sobre todo, por ser quien eres. Casi nunca me detengo a admirarte, a caer de rodillas y simplemente mirar tu belleza. Gracias por ser genial\u2026 por ser mi Pap\u00e1.
En mi coraz\u00f3n tengo la lepra de la ingratitud que me hace insensible a las caricias que diariamente me propicias\u2026
Al menos hoy, al menos aqu\u00ed, al menos ahora, te pido que me sanes de este mal y me permitas experimentar la dulzura de tu presencia y la ternura de tus caricias.
\u00a1Gracias, Jes\u00fas!
\u00abLa gratitud es un rasgo caracter\u00edstico del coraz\u00f3n visitado por el Esp\u00edritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: \u201cQuien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, est\u00e1 orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de justicia\u201d. \u00bfA d\u00f3nde nos lleva todo esto? A hacer un ejercicio de memoria: \u00a1cu\u00e1ntas cosas bellas ha hecho Dios por cada uno de nosotros! \u00a1Qu\u00e9 generoso es nuestro Padre Celestial! Ahora quisiera proponeros un peque\u00f1o ejercicio, en silencio, que cada uno responda en su coraz\u00f3n. \u00bfCu\u00e1ntas cosas hermosas ha hecho Dios por m\u00ed? Esta es la pregunta. En silencio, que cada uno de nosotros responda. \u00bfCu\u00e1ntas cosas hermosas ha hecho Dios por m\u00ed?\u00bb.<\/em>
(Catequesis de S.S. Francisco, 27 de junio de 2018).
Di\u00e1logo con Cristo<\/strong>
\u00c9sta es la parte m\u00e1s importante de tu oraci\u00f3n, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.<\/em>
Prop\u00f3sito<\/strong>
Proponte uno personal. El que m\u00e1s amor implique en respuesta al Amado\u2026 o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuaci\u00f3n.<\/em>
Hoy buscar\u00e9 tener un momento de oraci\u00f3n para agradecerle a Jes\u00fas todo lo que me ha dado.
Despedida<\/strong>
\u00a1Cristo, Rey nuestro!
\u00a1Venga tu Reino!
Virgen prudent\u00edsima, Mar\u00eda, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Esp\u00edritu Santo.
Am\u00e9n.<\/p>\n\n\n\n7 consejos ante la muerte de un ser querido<\/strong><\/p>\n\n\n\nDos verdades absolutamente ciertas de la vida: nuestra existencia y lo inevitable de nuestra muerte.<\/p>\n\n\n\n
Por: Redacci\u00f3n | Fuente: Catholic.net<\/p>\n\n\n\n
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\u201cVen, siervo bueno y fiel; entra en el gozo de tu Se\u00f1or\u201d (Mt 25, 21)<\/p>\n\n\n\n
1. La muerte es un momento de dolor donde s\u00f3lo la fe puede iluminar de esperanza ese momento de tristeza. La muerte duele porque es un parto al cielo. Cuando muera un ser querido piensa si exist\u00eda un \u201cderecho\u201d para retenerlo aqu\u00ed y si era m\u00e1s tuyo que de Dios. Mira si no es ego\u00edsmo querer privarle de lo que ahora tiene: la felicidad eterna. \u00bfEst\u00e1s seguro de que m\u00e1s tarde se iba a salvar\u2026?<\/p>\n\n\n\n
2. \u00bfQu\u00e9 es la muerte? La muerte no tiene la \u00faltima palabra: la vida no termina, se transforma. Los hombres que contemplan el sepulcro de Jesucristo viven en la esperanza de la Resurrecci\u00f3n. La muerte nos revela lo que el hombre es: \u201cpolvo, ceniza, nada\u201d. Quien muere deja una luz y alcanza otra. La muerte es el paso a la eternidad. La muerte es fin e inicio. Morir en gracia de Dios significa conquistar la cumbre, la meta, el abrazo eterno del Padre. San Francisco cant\u00f3: \u201cY por la hermana muerte, \u00a1loado mi Se\u00f1or! Ning\u00fan viviente escapa de su persecuci\u00f3n; \u00a1ay, si en pecado grave sorprende al pecador! \u00a1Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!\u201d.<\/p>\n\n\n\n
3. \u00bfEs mejor vivir o morir? \u201cPara m\u00ed la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el vivir en la carne significa para m\u00ed trabajo fecundo, no s\u00e9 qu\u00e9 escoger… Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor…\u201d (Flp 1, 21-23). La felicidad del hombre consiste en amar y ser amado. Cuando un alma parte a la casa del Padre ah\u00ed es amada por Dios y ama a Dios. Un d\u00eda el hombre dejar\u00e1 de sonre\u00edr, de caminar y de cantar\u2026 pero nunca dejar\u00e1 de amar. En vez de recibir la muerte con l\u00e1grimas, deber\u00edamos recibirla con una sonrisa porque nos conduce al encuentro, cara a cara, con nuestro Creador.<\/p>\n\n\n\n
4. \u00bfQu\u00e9 podemos aprender de la muerte? En la entrada de un cementerio espa\u00f1ol est\u00e1 escrito: \u201cHoy a m\u00ed, ma\u00f1ana a ti\u201d. Lo capital para el hombre no es morir antes o despu\u00e9s, sino bien o mal. San Agust\u00edn confes\u00f3: \u201cComo es la vida, as\u00ed es la muerte\u201d. Ten presente que \u201cCuando un padre muere es como si no muriese, pues deja tras de s\u00ed \u2013algunas veces- un hijo semejante a \u00e9l\u201d. (Si. 30, 4).<\/p>\n\n\n\n
5. \u00bfHay que temer la muerte? No, pero cuando se tiene miedo, por algo ser\u00e1\u2026 Opta por una muerte que te lleve al cielo. Que no te pase como aquel epitafio que dec\u00eda: \u201cAqu\u00ed yace un hombre que muri\u00f3 sin leer el libro que lo iba a salvar: la Biblia\u201d. O aquel otro que dec\u00eda: \u201cHe aqu\u00ed un ateo que no tiene a d\u00f3nde ir\u201d. Hay que vivir de tal manera que si volvi\u00e9ramos a nacer elegir\u00edamos seguir el mismo camino. Santa Teresa no tem\u00eda la muerte, al contrario, ella dec\u00eda: \u201cMuero porque no muero\u201d. Para desear la eternidad es necesario imaginar el abrazo del Padre.<\/p>\n\n\n\n
6. \u00bfPor qu\u00e9 existe la muerte? Porque el hombre quiere ver a Dios y para verlo es necesario morir. El hombre surgido del polvo debe retornar al polvo y el alma surgida de Dios debe volver a Dios. Las dos verdades absolutamente ciertas de la vida son nuestra existencia y lo inevitable de nuestra muerte. Todos los hombres mueren, pero no todos viven. San Ambrosio predic\u00f3: \u201cEs verdad que la muerte no formaba parte de nuestra naturaleza, sino que se introdujo en ella; Dios no instituy\u00f3 la muerte desde el principio, sino que nos la dio como un remedio (…). En efecto, la vida del hombre, condenada por culpa del pecado a un duro trabajo y a un sufrimiento intolerable, comenz\u00f3 a ser digna de l\u00e1stima: era necesario dar un fin a estos males, de modo que la muerte restituyera lo que la vida hab\u00eda perdido. La inmortalidad, en efecto, es m\u00e1s una carga que un bien, si no entra en juego la gracia (\u2026) No debemos deplorar la muerte, ya que es causa de salvaci\u00f3n\u201d.<\/p>\n\n\n\n
7. \u00bfPor qu\u00e9 no sabemos el d\u00eda que vamos a morir? Si supi\u00e9ramos el d\u00eda de nuestra muerte no vivir\u00edamos cada d\u00eda con la misma intensidad. Nadie sabe ni c\u00f3mo ni cu\u00e1ndo morir\u00e1. Nadie por m\u00e1s que se esfuerce puede a\u00f1adir una hora al tiempo de su vida. La muerte es lo m\u00e1s cierto, pero el d\u00eda es lo m\u00e1s incierto. No olvides que no es necesario ser viejo para morir. No vale la pena indagar el c\u00f3mo, el cu\u00e1ndo ni el d\u00f3nde morir\u00e9; pero s\u00ed vale estar preparado.<\/p>\n\n\n\n
8. \u00bfQu\u00e9 actitud debemos tomar ante la muerte de un ser amado? No rechazar a Dios porque nos lo ha quitado, sino agradecerle porque nos lo ha dado. \u201c\u00bfConviene llorar a un muerto? S\u00ed, pero no lamentarse cuando muere en aras de Dios\u201d, como dijo un amigo. Dios es misericordioso y \u201cla misericordia se siente superior al juicio\u201d (St 2, 13) Porque \u201cnuestra maldad es una gota que cae en el oc\u00e9ano de la misericordia de Dios\u201d. \u201cJesucristo crucificado est\u00e1 como un tap\u00f3n entre la muerte y el infierno\u201d. Dios es comprensivo porque sabe todo y saberlo todo es perdonarlo todo. Jes\u00fas nos ense\u00f1\u00f3: \u201cSed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso\u201d. Mientras que el ap\u00f3stol Santiago escribi\u00f3: \u201cHabr\u00e1 un juicio sin misericordia para el que no tenga misericordia hacia los dem\u00e1s\u201d (St 2, 13) Recuerda: para obtener misericordia para uno mismo, es necesario tener misericordia hacia los dem\u00e1s. \u201cAl final de la vida s\u00f3lo queda lo que hayamos hecho por Dios y los dem\u00e1s\u201d.<\/p>\n\n\n\n
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